Relaciones Internacionales durante mi primer gobierno
Año 1974
En este año, manifesté un comunicado sobre mi labor en la presidencia, en el cual reflejaba la aplicación de una política internacional bastante laboriosa y compleja, debido a las crisis políticas y económicas en que se había visto envuelta la comunidad mundial; se había acentuado la situación de miseria y desamparo en diversas regiones del mundo; ante tal situación se evidencié la necesidad inaplazable de fundar, sobre bases equitativas y firmes, un nuevo orden internacional político y económico.
A tal efecto se llevaron a cabo muy diversas gestiones a objeto de mantener un diálogo serio con la comunidad internacional. La acción de mi Gobierno estuvo enmarcada en la solidaridad con diversas regiones del mundo a fin de sustentar los principios de la comunidad jurídica y afirmar mi inspiración a vivir en un mundo pacífico, sin armas, ni desequilibrios amenazantes, sin subordinación de ningún país a otro de poder más fuerte y con la plena visión de la soberanía en una patria latinoamericana.
Venezuela estaba sustentando una política nacionalista, pero sin perder de vista las posibilidades políticas y económicas que ofrece la negociación internacional o multinacional y sus compromisos con los pueblos en desarrollo, primordialmente con los latinoamericanos.
Durante este año sostuve relaciones importantes con América Latina, en especial con Perú, Argentina, Colombia y Brasil.
Reviste primordial importancia dentro de los objetivos de la política exterior de mi gobierno, estrechar los vínculos entre los países centroamericanos y del Caribe con Venezuela, tanto en el campo económico, social y cultural, como con la finalidad de implementar mecanismos idóneos para hacer efectiva la asistencia y cooperación con dicha área. En cumplimiento con dichos objetivos, durante la segunda semana de diciembre de 1974, en la Ciudad de Guayana se llevó a cabo una reunión entre los Presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y yo como representante de Venezuela, donde llegamos a acuerdos importantes, tales como: crear mecanismos de defensa para la comercialización externa de nuestras materias primas y productos básicos, cooperación aconómica y cooperación financiera a Honduras, en apoyo a los planes de rehabilitación de zonas agrícolas, afectadas por el huracán Fití. Como resultado de la reunión, fue emitida la Declaración de Guayana.
Año 1975
La gestión de mi Gobierno en el campo de las relaciones internacionales estuvo dirigida a la ampliación y consolidación de los vínculos políticos, económicos y culturales, entre Venezuela y el mundo. Durante 1975, se continuaron las acciones a nivel bilateral y multilateral, donde se desplegaron mayores esfuerzos para contribuir a mejorar las condiciones y modalidades de la cooperación internacional dentro de los principios de justicia social y del bien común universal.
La política exterior del Gobierno venezolano, estuvo enmarcada dentro del principio básico de solidaridad y cooperación con la Comunidad Internacional y muy especialmente con los pueblos del Tercer Mundo.
Se inició un proceso de implementación para el establecimiento de un Nuevo Orden Internacional que regulara las relaciones entre países desarrollados y en desarrollo dentro del contexto de mayor justicia e interdependencia de los pueblos; para ello era necesario que, individualmente, las naciones realizaran esfuerzos para así lograr una participación activa dentro de la comunidad internacional. Este gobierno tenía inquebrantables propósitos de estructurar una política exterior cónsona con los lineamientos internos de la economía nacional, pero sin perder de vista sus compromisos con los pueblos en desarrollo, fundamentalmente con los latinoamericanos.
Dentro de las acciones encaminadas a fortalecer la posición del Tercer Mundo, el Gobierno venezolano acentuó especial interés en la conducción de sus relaciones con los países de América Latina, precisando sus esfuerzos, en consolidar los lazos de cooperación e integración entre los pueblos de esta parte del mundo, dentro del marco de los acuerdos regionales y subregionales. Durante este año, se crearon nexos trascendentales con diversos países; México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Bolivia, Argentina, Perú y Brasil.
Año 1976
Durante este período, la labor desplegada por parte de Venezuela en el campo de las relaciones internacionales, estuvo enmarcada dentro de la mayor armonía y comprensión de los elementos que conforman sus relaciones con todas las naciones del mundo.
El Estado venezolano, dirigió sus principios de solidaridad y cooperación a aumentar la presencia del país en regiones que parecían demasiado remotas, dentro de los lineamientos que tradicionalmente condicionaron su política exterior, como país de limitada proyección internacional. De esta manera, Venezuela llevó a cabo una política exterior con mayor alcance y perspectivas, hecho que se tradujo en una más efectiva participación del país en las decisiones mundiales.
Año 1977
El Gobierno Nacional para este año, continuó desarrollando un programa intenso de actividades, tendiente a lograr la consolidación de sus vínculos políticos, económicos y culturales con los demás miembros de la comunidad internacional.
La actitud asumida por Venezuela en este orden, estuvo orientada, por una parte, a defender una posición que afirme su soberanía económica, a través de acciones tendientes a modificar las relaciones de independencia del país; y, por la otra, a afianzar el proceso de Integración Económica Latinoamericana, contribuir al establecimiento del Nuevo Orden Económico Internacional y fortalecer el principio de la Cooperación entre naciones.
La política había experimentado un giro significativamente distinto, como consecuencia de la presencia de las nuevas manifestaciones de cooperación económica y financiera internacional, de los esfuerzos por la justa valorización de las materias primas en el comercio internacional, y de los cambios de actitudes observados en las naciones que tradicionalmente constituían los centros económicos y de poder del mundo.
Venezuela ayudó de forma significativa al mejoramiento de la posición del Tercer Mundo, en especial de América Latina, mediante un apoyo decidido a los procesos de integración; las acciones multilaterales dentro del marco de SELA y la cooperación para atenuar problemas de balanza de pagos en los países en desarrollo no productores de petróleo. Así mismo, intervino en el fortalecimiento de la cooperación, comercio y asistencia hacia las naciones de Centro-América, del Caribe y de Asia y África.
Por otra parte, Venezuela desarrolló y amplió las relaciones económicas internacionales con otros países desarrollados, incluyendo los del área socialista, y además logró mantener y robustecer la acción con los organismos internacionales, a fin de asegurar la política de cooperación, impuesta como solución a los graves problemas que de forma directa afectaron las relaciones económicas internacionales.
Este año fue de mucha ganancia para el país en materia internacional porque se firmaron múltiples acuerdos que beneficiaron al sector agrícola y ganadero, las exportaciones, el área industrial, científica y tecnológica.
Año 1978
Durante 1978 el Gobierno Nacional continuó adelantando iniciativas tendientes a fortalecer las relaciones de Venezuela con América Latina, Los países del Tercer Mundo y en general, con la Comunidad Internacional. Así, en las que ya se mantenían con los países en desarrollo, se había procurado asegurar que la cooperación económica signifique una ventaja real para aquellas naciones que se encontraban en una etapa de desarrollo más incipiente que la de Venezuela. En las relaciones con los países desarrollados, no abandonaron su empeño por tratar de llevar a la práctica los conceptos y objetivos que establecía en Nuevo Orden Económico Internacional.
La política internacional de Venezuela durante este período, se realizó dentro del marco de las coincidencias profundas y aspiraciones comunes que de cierta forma vinculaban a los países del Tercer Mundo, manteniéndose una política coherente de solidaridad con los países en desarrollo y propiciando, con los de América Latina y del Caribe, fórmulas prácticas de acercamiento a través del fortalecimiento de esquemas de integración y programas concretos de asistencia. Se puso énfasis en los esfuerzos de integración de América Latina, especialmente en el Grupo Andino, ALALC, SELA y CARICOM.
Mi segundo gobierno (1989-1993)
Mi segunda presidencia corresponde al periodo constitucional 1989- 1994. Es el séptimo gobierno del periodo democrático iniciado en 1958. Gané en las elecciones nacionales del 4 diciembre de 1988 con 3.879.024 votos, lo que representó el 52,91% de la preferencia electoral. Mi contendor más cercano, Eduardo Fernández, de COPEI obtuvo 2.963.015 votos, el 43,26%. En el congreso, el partido de gobierno Acción Democrática, obtuvo 97 diputados, COPEI 67, Movimientos al Socialismo, (MAS), 18, Nueva Generación 6, La Causa R 3, ORA (movimiento evangelista) 2 y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Unión Republicana Democrática (URD), Formula 1, Opinión Nacional (OPINA) y el Partido Comunista Venezolano (PCV), un diputado cada uno. En el Senado, Acción Democrática contaría con 23 senadores, mas uno vitalicio (el ex presidente Jaime Lusinchi), mientras COPEI con 22 y 2 vitalicios (los ex presidentes Rafael Caldera y Luis Herrera Campins). El MAS obtuvo 3 senadores y Nueva Generación Democrática uno. Estos resultados significaron que AD no contaría en las Cámaras con una mayoría absoluta, como la había tenido en el periodo inmediato anterior, siendo necesario por lo tanto hacer negociaciones con partidos minoritarios para la aprobación de las políticas del gobierno. En este segunda mandato estuvo marcado por el intento de salir de la profunda crisis económica y fiscal que venía desarrollándose desde años anteriores, a través de un conjunto de políticas de liberación de la economía. Otros rasgos destacados fueron la agudización de la crisis social cuya manifestación más dramática ocurrió en febrero de 1989 y el desarrollo de una crisis política que produjo, en 1993, la suspensión en el ejercicio de mi cargo de presidente de la Republica por el Congreso Nacional para culminar mi periodo. Fue también durante esta segunda presidencia que comenzó el proceso de descentralización político-administrativa del país, gracias a la aprobación, en los últimos meses del gobierno del presidente Lusinchi, de las primeras reformas del Estado por parte del Congreso Nacional.
El programa de ajuste económico y el estallido social del 27 de febrero de 1989 y los días siguientes:
En mi discurso inaugural del 2 de febrero señalé algunas líneas orientadoras de mi nuevo gobierno, dando una importancia especial a las relaciones interamericanas e internacionales como parte de la estrategia para la construcción de una salida de la crisis económica y fiscal. Afirmé el año 1989 como el idóneo para ampliar el proceso de reformas políticas que con anterioridad se venía desarrollando; así mismo, aseguré que mi formula política para resolver de manera permanente el problema de la deuda, se apoyaría en la solidaridad entre países deudores y destaqué buscar estimular decisivamente la ciencia y la tecnología en el país, como áreas estratégicas para retomar el crecimiento económico. El 16 de febrero presenté un programa de ajuste económico, conocido de allí en adelante como “el paquete”, cuyas disposiciones de libre economía, en muchos aspectos contrariaba el discurso de toma de posesión y las promesas electorales.
El programa contemplaba medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual pero en plazos relativamente cortos. Las principales fueron:
a) Acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) y someterse a su programa de ajustes, con el fin de obtener un financiamiento de US $ 4.500.000.000 en 3 años.
b) Liberar las tasas de interés activas y pasivas hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%.
c) Unificar la tasa cambiaria con la eliminación de la tasa preferencial de divisas y realización de todas las transacciones a la nueva tasa flotante. Eso significa la eliminación de la Oficina de Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI).
d) Liberar los precios de todos los productos a excepción de 18 reglones de la “cesta básica”
e) Aumentar las tarifas de los servicios públicos como luz, agua y teléfono
f) Aumentar anualmente durante 3 años los derivados del petróleo en el mercado nacional con un primer aumento de 100% en los precios del transporte.
g) Aumentar los sueldos de la administración pública entre el 5 y el 30%, el salario mínimo a Bs. 4.000 en la ciudad y Bs. 2.500 en el campo.
h) racionalizar y eliminar progresivamente de los aranceles de importación.
i) Reducir el déficit fiscal aún máximo de 4% y congelar los cargos de la administración pública.
Como compensación para la población mas afectada por estas medidas, además del aumento de sueldos de la administración pública y el incremento del salario mínimo ya mencionado, se anunciaron las siguientes políticas:
1) Política de subsidios directos a los componentes de la canasta básica.
2) Programa de becas alimentarias
3) Constitución de 42.000 hogares de cuidado diario.
4) Reforzamiento de programas de control del lactante y del preescolar y combate de las enfermedades diarreicas, respiratorias y las que son prevenibles por vacunas
5) Plan de consolidación de barrios.
6) Política de apoyo a microempresas
7) Programa masivo de transferencias alimentarias dirigido a los niños hasta los 14 años, a las madres embarazadas y a los lactantes.
8) Amplia acción dedicada a consolidar los ambulatorios de salud
9) Programa destinado a la organización y estructuración de un sistema de seguridad social
10) Creación de la Comisión Presidencial para la Lucha contra la Pobreza.
Al dia siguiente el Banco Central de Venezuela liberó las tasas de interés, fijó las modalidades con que se financiarían las cartas de crédito del sector privado y anunció que en 2 ó 3 meses comenzarían a recibirse los fondos de un crédito stand by por unos US $ 1.500.000.000 otorgado por el FMI. Por su parte, el ministro de Energía y Minas, anunció los primeros aumentos de gasolina para en 26 de febrero: Bs. 2,75 la alta y Bs. 2,55 la media. El día 19 informó el representante del Banco Mundial y del FMI a Caracas, así como de la estadía de Edgar Leal, el nuevo negociador de la deuda en Washington. Para una población que había venido sufriendo desde años anteriores un creciente deterioro de sus condiciones de vida, así como una prolongada angustia por la escasez de productos básicos, en buena parte provocada por el acaparamiento de algunos comerciantes inescrupulosos, este mensaje significo el debilitamiento de las ilusiones sobre lo que podía esperarse del nuevo gobierno y del futuro en general.
También contribuyeron a eso las denuncias de corrupción durante la gestión del presidente Lusinchi. Como consecuencia, el 27 de febrero y los días siguientes, tuvo lugar una explosión social de históricas proporciones en Caracas y varias ciudades del país. Con ella comenzaron las dificultades políticas de este nuevo gobierno. El día 27 de febrero desde la mañana se produjeron acciones de violencia colectiva en Guarenas, ciudad dormitorio de Caracas, motivados por el aumento desproporcionado del pasaje del transporte. Reacciones similares se dieron poco después en áreas populares de Caracas como Caricuao, en encrucijadas para el transporte de la cuidad, como el terminal del Nuevo Circo y Chacaíto, y en otras zonas suburbanas de la capital, como La Guaira. En la medida en que transcurrió el día y los hechos comenzaron a ser difundidos por los medios audiovisuales y radiales, las acciones comenzaron a extenderse a otras ciudades del país: Maracay, Valencia, Barquisimeto, Puerto Ordaz y Mérida. En la tarde muchedumbres de habitantes de las barriadas citadinas salieron a las avenidas y zonas comerciales, tomando por asalto los establecimientos, saqueando dichos lugares para hacerse de productos de todo tipo. Igualmente, algunas vías centrales de las ciudades fueron tomadas por turbas, construyéndose barricadas y quemándose autobuses de transporte colectivo, vehículos privados y cauchos, en clara protesta contra los costos de servicios de transporte. El día 28 de febrero los sucesos habían desbordado a los cuerpos policiales . Bajo mis órdenes y conmigo el Ministro de la Defensa, quien adquirió protagonismo durante esos días, los militares entraron a controlar la situación en los barrios, produciéndose toda clase de excesos. También el día 28 de febrero el Ejecutivo Nacional procedió a suspender las garantías constitucionales en todo el país, las cuales solo serian restablecidas parcialmente 10 días después. Se implantó el toque de queda en Caracas y otras ciudades que fue levantado gradualmente en los días siguientes. La población pudo verme por televisión haciendo este anuncio. Mantuve inalterable el programa económico y el gabinete ejecutivo. El 7 de marzo en cumplimiento del cronograma de medidas, se decretó la liberación de precios.
El desarrollo económico entre 1989 y 1992 y algunos indicadores sociales:
Las radicales medidas que aplique a los males económicos de la sociedad venezolana, producirían a lo largo de los 3 primeros años de la gestión resultados macroeconómicos satisfactorios, pero a un costo social y político exorbitante. En diciembre de 1989 nuestras cifras revelaban una contracción económica general del orden 8,1%, la mayor registrada por la historia moderna venezolana; en el sector de la construcción llegó al 30% y en el de la manufactura al 12,4%. La tasa de inflación alcanzo la cifra histórica de 82,5%. En términos sociales la inflación reflejaba que una familia promedio a mediados de 1989 podia con sus ingresos adquirir solamente el 40% de lo que hubiese podido comprar en 1968. La pobreza abarcaba el 62% de la población; 30% de la cual es encontraba en pobreza absoluta. Se logro concretar con el FMI un programa que contemplaba el otorgamiento de US $ 5.000.000.000 en 3 años. Con el Banco Mundial se acordaron créditos por un total de US $ 4.000.000.000, con el Interamericano de Desarrollo se consiguieron 400.000.000 por año.
En el año 1990 la economía, según el Banco Central de Venezuela, creció un 5,3%, revirtiéndose la depresión del sector manufacturero y de la construcción. El sector de la banca y los seguros sobrepasaron el 23% su crecimiento, mientras la agricultura cayó en un 1,3%. La tasa de desempleo se colocó en 10%, superior a la del año anterior, cuando estuvo 9,6%. Así mismo, la inflación sobrepasó los cálculos iniciales, situándose en 40,7% y la pobreza aumentó alcanzando el 66,9% de la población, 33% de los cuales eran pobres absolutos. La balanza global de pagos registró un superávit aumentando las reservas a US 11.700.000. Este año se firmó el acuerdo con la banca internacional, lográndose una reducción de la deuda en alrededor del 20% y una reducción del 50% en el pago de los intereses de la misma.
El sector petrolero tuvo alta incidencia, su expansión junto con sus efectos multiplicadores, generaron cerca de la mitad del crecimiento de la economía ese año. La gestión fiscal, por su parte, cerró con un importante superávit de unos Bs. 75.000.000.000, fruto de las privatizaciones de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV) y de Venezolana Internacional de Aviación, S.A (VIASA), las cuales significaron una entrada de capital del orden de Bs. 122.000.000.000.
Año 1992: el 4 de febrero y el 27 de noviembre:
Anuncié un nuevo y ambicioso proyecto conocido como “El Megaproyecto Social”, consistente en la inversión de millones de dólares concedidos en préstamo por los organismos internacionales, para profundizar programas de ayuda y atención a la infancia, a las madres y a los jóvenes; repotenciación de los sectores sociales mas vulnerables a la crisis. El mes de enero de 1992 se inicio una huelga de maestros, informaciones relativas a la pronta aprobación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), el cual era percibido como una amenaza por diversos sectores sociales, y la aprobación del decreto 1911, sobre registro como venezolanos de niños de padres indocumentados, que despertó un desgrado genera. Con este panorama, viajé a la cuidad de Davos, Suiza, a inicios de febrero. El objetivo era continuar con la política de promocionar directamente las inversiones extranjeras en el país, concurriendo para ello a esta reunión anual. En la noche entre el 3 y el 4b de febrero, regresando de este viaje, se produjo un levantamiento militar encabezado por un grupo de oficiales del ejército, de mediana y baja graduación reunidos en una agrupación llamada Comacate y ejecutado con la participación de tropas de los cuarteles de Maracay, Maracaibo y Valencia. Los rebeldes se presentaron en la noche en La Casona, mi residencia, donde intentaron apresarme, pero en cuenta de que sabía que algo sucedía, había salido para el Palacio de Miraflores. Por consiguiente, las acciones se concentraron en el palacio presidencial. Junto con el jefe de la Casa Militar logré escapar y alcanzar una planta de televisión, Venevisión, canal 4, desde donde me dirigí a la nación a las 2 de la madrugada. Informé al país lo que sucedía, solicité el apoyo popular y di ordenes a los militares leales para que controlaran la situación. En la mañana del 4 la ciudad de Caracas se encontraba de manera mayoritaria controlada por fuerzas leales del gobierno. Pude volver a Miraflores y desde allí dirigirme al país. Los rebeldes siguieron resistiendo unas horas mas en algunos puntos estratégicos como el aeropuerto de La Carlota, pero hacia principios de la tarde, el teniente coronel Hugo Chávez Frías se dirigió al país por televisión, para informar de su rendición y llamar a sus compañeros a deponer las armas con miras a evitar un derramamiento de sangre.
Pese a fracasar, el golpe del 4 de febrero desencadenó un acelerado proceso de debilitamiento del piso político del gobierno y del surgimiento de actores y acciones que impulsarían cambios drásticos en el devenir político venezolano.
Me vi en la obligación de negociar con los partidos políticos y las Fuerzas Armadas con el objeto de mantener el respaldo necesario para seguir gobernando. Y aunque obtuve poco éxito, algunas de las acciones que se dieron entonces resultarían claves para lograr encauzar la crisis política de 1992 por canales institucionales.
En este orden de ideas destacó la conformación, poco después del fallido golpe, de un Consejo Consultivo con el fin de hacerle al Ejecutivo recomendaciones ante la situación crítica. Dicho Consejo fue presidido por Ramón. J. Velásquez e integrado por Pedro Pablo Aguilar, Ruth de Krivoy, Domingo F. Maza Zavala, José Melich Orsin, Pedro A. Palma, Pedro Rincón Gutiérrez y Julio Sosa Rodríguez, la mayoría de ellos independientes que habían discrepado de algunas de las políticas del gobierno. A inicios de marzo esta Comisión presentó un documento al Ejecutivo donde confirmaban que la crisis en Venezuela era global, pero tenía especiales connotaciones en lo económico, social y ético.
El Congreso se pronunció por una reforma constitucional en los meses próximos que llenase las expectativas de la población, hizo énfasis en la necesidad de extremar las medidas contra la corrupción, se pronunció por el saneamiento del Poder Judicial y la continuidad del proceso de descentralización.
El 27 de noviembre se produjo la segunda asonada, esta vez con oficiales de alto rango de las 3 fuerzas. La conspiración tuvo su epicentro en las bases aéreas ubicadas en el estado Aragua: Libertador y Sucre, de donde salieron temprano en la mañana varios aviones Bronco con destino a Caracas. Allí bombardearon al palacio presidencial, el Capitolio y una de las sedes de la policía política, la DISIP. Al mismo tiempo, grupos civiles tomaron una estación de televisión, asi como el centro que permitía la transmisión de 3 de los 4 principales canales televisivos de Venezuela. Se pasó varias veces una alocución del comandante Chavez, el de la asonada anterior, llamando al pueblo a la subversión. Los rebeldes fueron rechazados por las fuerzas leales al gobierno, quienes a media mañana, manejando los aviones F-16, salieron en persecución de los Bronco y derribaron uno hacia el mediodía. Sometidas las fuerzas sublevadas, algunos se entregaron y otros huyeron al Perú.
Además de las escaramuzas militares hubo saqueos esporádicos en Barinas, disturbios callejeros en Maracay y Valencia, y se produjo una masacre en el retén de Catia en Caracas, donde murieron mas de 60 presos.
Año 1993: el 20 de mayo
Con una Corte recompuesta gracias al pase del retiro de algunos de sus miembros y su sustitución por otros magistrados independientes de los partidos, en marzo de 1993, el fiscal general de la República, Ramón Escovar Salom, solicitó un antejuicio de merito hacia mi persona por malversación de fondos públicos en el orden de Bs. 250.000.000 de la partida secreta.
El 5 de mayo algunos diarios recogían el rumor de que la afirmación del magistrado Rodríguez Corro no era conveniente para mi, y que al conocer del posible fallo, habría dicho que renunciaría. Es de destacar que por esos mismos días, una comisión especial del Congreso estaba terminando su informe donde también encontraban parte de mi responsabilidad, junto con otros altos funcionarios de su gobierno, por un fraude a la Nación de aproximadamente US $ 10.000.000. Planteada la posibilidad de que pudiese ser sometido a juicio, la zozobra del país, adquirió ribetes dramáticos.
El 20 de mayo, buena parte de los venezolanos detuvieron sus actividades cotidianas para escuchar la anunciada decisión de la Corte Suprema. A tempranas horas de la tarde actuando como vocero de la misma, el magistrado Rodríguez Corro declaró con lugar la solicitud de antejuicio intentada el pasado 2 de marzo por el fiscal general contra mí y mis ex ministros Izaguirre y Figueredo. El Senado se reunió al dia siguiente y por unanimidad autorizó el juicio, asumiendo a continuación la presidencia del país, de manera provisional, el presidente del Congreso, Octavio Lepage. Poco después el Congreso eligió como sustituto definitivo del presidente a Ramón J. Velásquez. El presidente Velásquez tomó posesión el 5 de junio siguiente.